La Impresión 3D le apuesta a la Revolución Ambiental

Por Alejandro Rey

¿Qué tan verde es la Manufactura Aditiva comparada con la Manufactura Convencional?

Basándonos en diferentes puntos, tales como la escala de producción, los materiales innovadores, el ciclo de vida ambiental de los productos fabricados, podemos tener una noción de qué tan profunda es la huella ecológica de la Manufactura Aditiva.

Bamboo Nest Towers, los impresionantes edificios verdes regeneradores de aire del proyecto Paris Smart City 2050 (Vincent Callebaut Architectures) | referencia 1

 

Escala de producción:

Es importante resaltar que la Manufactura Clásica, con estas grandes cadenas de producción, no está preparada para fabricar bajos volúmenes de producto. No es ni eficiente e impacta directamente el ambiente. Caso contrario ocurre con las tecnologías de Impresión 3D, donde las pruebas de prototipado no se encuentran sujetas a una gran cadena, sino únicamente a la máquina y la cantidad de material necesario para fabricarse. El impacto ambiental de esta tecnología es menor en escalas medias o bajas de producción, debido a su eficiencia con respecto a estos volúmenes, a la innovación en materiales y dado que la fabricación de piezas funcionales individuales no genera un deterioro tan elevado en la producción ni en el ambiente.

Proyecto “PrintGREEN” (2013), University of Maribor in Slovenia

 

Materiales innovadores y sostenibles: 

En el año 2012 el prestigioso fabricante de filamentos alemán Kai Parthy revolucionó la impresión 3D al crear el primer filamento de madera del mercado el “Laywood-D3”. Unos años después, este mismo fabricante, consiguió sorprender al mundo de la impresión 3D con un filamento inimaginable, conocido como Growlay. Este filamento posee diferentes propiedades como es la absorción de agua, semillas y sustrato; es micro capilar y en condiciones ambientales apropiadas es un catalizador natural.

Existen en esta categoría 2 filamentos con características similares: el Growlay marrón y el Growlay blanco. 

“La sostenibilidad no es solo ambiental… también es tecnológica”

En este caso hablaremos del Growlay blanco, ya que es un material de grado experimental. Este filamento es biodegradable y compostable, pues puede descomponerse en menos de 3 meses sin generar residuos tóxicos convirtiéndose en material útil, conocido cotidianamente como abono. 

GROWLAY sembrado con hierba, Kai Parthy.

 

Ciclo de vida ambiental 

Después de analizar la escala de producción y los materiales innovadores solo queda pendiente entender el ciclo de vida ambiental que propone esta tecnología. La posibilidad de crear piezas más ligeras con materiales sostenibles, la oportunidad de imprimir piezas de forma aislada que no podríamos fabricar de la forma convencional.

Este ciclo de vida ambiental también se ve reflejado incluso en ecosistemas completos en peligro como son los arrecifes (te invitamos a leer nuestro artículo pasado AQUÍ, donde hablamos de la impresión de arrecifes que sirven de base a corales, esponjas y otros organismos sésiles). 

De igual forma, cabe resaltar un tema tan importante como es el de la energía, en donde, por medio de esta tecnología, se fabrican células fotovoltaicas y otros objetos que integran el uso de energía solar, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero como es el CO2.

La impresión 3D de paneles fotovoltaicos | 3D natives

 

Nosotros, en Innow, nos encontramos en un proceso de investigación tanto de procesos como de materiales sostenibles, apostándole así a un mejor futuro de la mano de la Manufactura Aditiva. 

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#InnowApuestaSostenible

 

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